miércoles, 11 de febrero de 2009

Historia del Thrash - Parte 1

Si hay algún subgénero del metal que ha gozado de un gran seguimiento y un gran fanatismo, cuyos lemas se coreen a voces y sin ningún pudor y cuyos seguidores están orgullosos de escuchar sus rápidos y poderosos acordes; ése es el thrash metal. Cuando leo por ahí que ciertos grupos como Slipknot tocan thrash o Metallica es thrash del bueno, me duelen los ojos. Y es que en éste mundo, aunque a veces suene repetido y hoy en día poco original, a la hora de escucharlo supone un bombazo de adrenalina, lo que usualmente desemboca en rápidos meneos de cabeza o en violentos pateos. Nadie duda que el thrash sea una de las vertientes más puras de la amplia escena del metal, pero ¿qué es verdaderamente el thrash?


El verbo “to thrash” significa literalmente “azote, pegar una paliza a alguien” y eso es exactamente lo que representa el nombre del subestilo. Con un ritmo generalmente superior a los 100 b/s, se construye con una base armónica de acordes de quinta, con un acompañamiento constante de semicorcheas, usualmente de la primera cuerda de la guitarra: el mi grave. Es corriente que la batería haga ritmos simples a su velocidad, pero se puede oír con frecuencia el uso del doble-bombo, y el bajo eléctrico suele realizar la fundamental de la tonalidad. Pero quizá donde más variedad haya es en la voz: Hay vocalistas que utilizan técnicas melódicas, desgarres, gritos y hasta voces guturales.

Los orígenes del thrash se remontan a los comienzos del heavy metal, del punk y de la NWOBHM. Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden, Mötorhead, The Misfits, The Clash… Todos ellos han influenciado a los primeros grupos de thrash metal. No ha estado nunca claro cuál ha sido el primer grupo de thrash que ha salido a la escena. El puesto de “primero” ha sido largamente debatido, y está entre Venom, Metallica, Overkill o Metal Church. Así que sugiero que analicemos más o menos cada año, partiendo de 1980.


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